jueves, 10 de abril de 2008

Estigmas de una moda poco feliz

Durante estas últimas semanas, el fútbol, el mundo del espectáculo y la política se vieron tristemente asemejados por distintos hechos de violencia.

El pico máximo de violencia se vio el pasado fin de semana en el estadio de Vélez, cuando dos facciones de la barra brava de River Plate se cruzaron dentro de la popular local, cuando el partido ni había comenzado. Estos inadaptados o delincuentes, como quiera usted llamarlo, se trenzaron a golpes de puño delante de muchos padres en compañía de sus hijos que iban a ver un simple partido de fútbol.

Pero no sólo un evento deportivo es motivo del exceso de pasiones e intereses en la personas. Producto de la indignación que causó el conflicto entre el Gobierno Nacional y el campo, miles de personas se agruparon automáticamente en varios puntos del país. Los cacelorolazos se hicieron escuchar en varias ciudades de Argentina y la Plaza de Mayo fue el centro donde miles de argentinos se juntaron para manifestarle su disconformismo a la presidenta Cristina Fernández. Inmediatamente un grupo de piqueteros comandados por Luis D' Elia marcharon rumbo a La Plaza y se desataron varios enfrentamientos aislados entre los manifestantes.

En el ambiente al que muchos tildan de frívolo, tampoco está exenta la agresión física. Marcela Ortiz, ex esposa del actor Raúl Taibo, denunció públicamente que fue agredida por una mujer cuando iba a buscar a su hija que salía del colegio. Ortiz fue duramente golpeada y denunció el episodio en el programa “Intrusos en el espectáculo” para que todas las mujeres que son golpeadas sin razón denuncien el hecho sin temores.

La sociedad está herida física y psicológicamente. Hace falta sanarla de inmediato.

Por Luciano López.

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